Rigel en Inglaterra

lunes, diciembre 12, 2005

El sueño que no se cumplió

11 Diciembre 2005

Hoy hemos pasado la mañana esperando por nuestras maletas. A mediodía llamamos para tener noticias de ellas. Nos informaron de que habían dado con ellas en Bruselas. No comprendo qué interés tienen mis maletas en Bélgica. Les preguntaré cuando lleguen al fin a casa. Por lo que dicen los del aeropuerto, eso será mañana por la mañana.

Tras recibir las tranquilizadoras noticias, procedimos a hacer la compra, preparar la comida (curry vegetariano) y zampárnosla. Pasamos la tarde, la mar de entretenidos, con Dean. Entre Lusi y él me enseñaron la ciudad. Sigue haciendo más calor en el frigorífico de casa que en la calle, para mi desánimo. Hablando de la calle, me estoy formando una opinión acerca de las mujeres inglesas, pero eso queda para otro día.

Tras la visita turística, cuyo punto más positivo fue conocer la tienda de productos japoneses, procedimos a tomarnos un té en casa y charlar con Dean. Por cierto, estoy descubriendo la pasión que sienten los ingleses por esa bebida. No penséis que se limita al té de las cinco. Lo consumen con más ligereza de la que tenemos nosotros para ingerir café.

Dean, ya lo adelanté ayer, es un tipo la mar de interesante con un montón de historias que contar. Uno de sus trabajos fue en una empresa de cultivos hidropónicos. A modo de promoción, el jefe de la empresa decidió comprarse un ordenador de última generación totalmente equipado y una cámara de vídeo para grabar un vídeo promocional de sus productos. Hasta aquí todo normal. El jefe, tras la fuerte inversión, cosa de 5000 libras, decidió que había que darle uso al equipo. ¿Qué mejor que hacer una peli porno? Uno de los trabajadores de la empresa había trabajado de gorila en una discoteca y le garantizó al jefe que no había falta de chicas dispuestas a actuar en una peli porno. Además, el almacén en Holanda mediante el cual hacían la distribución de los productos hidropónicos en ese país también se dedicaba a la distribución de pelis porno.

Es decir, tenían el dinero, el equipo técnico y las actrices. Sólo faltaba el guionista, el director y los actores. El jefe debía tomar una decisión. ¡Claro! ¡Que sea el webmaster el que haga de guionista, director y actor! ¿¡Cómo no se le ocurrió antes!? Sé lo que estáis pensando: sí, amigos, el webmaster era Dean...

La historia es absurda, ¿a que sí? De webmaster de una empresa de hidropónica a ser hombre-orquesta en una peli porno. Lo más sorprendente, sin embargo, es que Dean rechazó la propuesta. Y yo que pensaba que cualquier tío pagaría por protagonizar una peli porno en la que él hubiera escrito el guión. La de cosas que estoy aprendiendo en Inglaterra.