Rigel en Inglaterra

miércoles, diciembre 21, 2005

Más cosas variadas

21 Diciembre 2005

Hacía algún tiempo ya que quería colaborar en una ONG. Resulta que en Inglaterra lo que abundan son las llamadas charity shops, que consisten en tiendecitas donde la gente dona objetos (sobre todo ropa y libros) que no quieren. Después, estos objetos se venden y el dinero recaudado se destina a alguna organización benéfica.

Bien, pues esta mañana entré en una de estas tiendas y me enrolé. A partir de la semana que viene, los miércoles por la mañana ayudaré allí. Creo que será además una buena oportunidad de empaparme del idioma.

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Hace un par de días me acerqué a la playa de Brighton. Está a cosa de 50 metros de casa. Había oído que se trataba de una playa de gravilla. El que me lo dijo debía ser bilbaíno, porque aquellos pedrolos de hasta 6cm de diámetro no merecen el diminutivo. Grava. Grava pura y dura. Está como para caminar descalzo por ahí, o para echar una toalla y tumbarse...

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Hoy se ha vuelto a pasar Dean por casa. Nos contó cómo un día iba a una fiesta de un amigo que celebraba que había cambiado de casa. Al llegar descubre que la mayoría de los invitados eran travestis, y que el "compañero de piso" de su amigo estaba tomando hormonas para cambiar de sexo. Creo que fue entonces cuando se alegró de no haber ido a la fiesta con su famoso disfraz de leopardo. Fijo que triunfaba.

A raíz de esto mi hermana comentó que conocía otro caso interesante. Eran un hombre y su compañera de piso, que tenía un niño pequeño. En cualquier otro lugar uno se imaginaría dos opciones básicas: a) La mujer y el hombre son pareja. b) La mujer y el hombre no tienen nada que ver. Lo que realmente sucedía es que el hombre era gay, que se traía los mozos a casa y que en alguna ocasión el hombre y la mujer se habían robado la pareja el uno al otro. Ese crío cuando se haga mayor va a flipar con las relaciones tracicionales.