Rigel en Inglaterra

viernes, mayo 01, 2009

Cataratas del Niágara

Ayer pasamos el día entero en las Cataratas del Niágara. Hay un tren que va desde Toronto hasta allí y luego continúa todo el camino hasta Nueva York. Sorprendentemente para bastante a menudo y va despacito. Se tarda unas dos horas en llegar hasta las cataratas desde la estación central de Toronto. Una vez llegas te sorprende lo chiquitina que es la estación de tren. Además, cuando sales no ves ni una indicación de en qué dirección están las cataratas. Afortunadamente miré el mapa antes de salir de casa y no tuve problemas en guiar a la guapa que me acompañaba.

El paseo desde la estación hacia las cataratas remonta el curso del río durante unos cuatro kilómetros. Los tres primeros son muy agradables porque la calle que bordea el río está plagada de pensiones familiares muy pintorescas y bien cuidadas. Cuando las cataratas son ya visibles te encuentras con un horror de explotación comercial masiva que desprecia la belleza natural del lugar. Afortunadamente no tienes por qué mirar al espanto de casinos, torres y hoteles gigantescos.

Las cataratas están divididas en dos secciones. La primera es perpendicular al río y de perfil recto. La segunda es la más conocida; tiene forma de herradura y es corta al río transversalmente. Desde el lado estadounidense las vistas son muy malas debido a la forma y la posición de las cataratas, pero desde el lado canadiense se disfrutan en su plenitud. Hay un par de puentes por los que puedes cruzar la frontera si quieres.

Entre los visitantes vimos a una pareja de Mennonitas vestidos de la manera tradicional. Nos aclararon que no son Amish, aunque no hay grandes diferencias.

Os dejo con las fotos, que hablan por sí mismas. La impresión que producen es igualita a cuando estás allí en persona, con el único matiz de que no oyes el rumor de las cataratas, que resuenan como un trueno ininterrumpido. Un comentario: las cataratas apuntan hacia el suroeste, por lo que al intentar hacer fotos tendrás que pelearte con el contraluz. Aborrezco los flash, pero no tuvimos más remedio que usarlo en varias fotos.