Rigel en Inglaterra

sábado, mayo 10, 2008

La vida en Toronto

Al fin tenemos acceso a Internet en nuestro nuevo nido. El apartamento está en un tercer piso en un edificio un poco antiguo. Tiene unos 40 metros cuadrados organizado estilo americano en una única suite y baño. Es bastante silencioso, con grandes dobles ventanas apuntando al sur. La vista es buena, con arbolitos. El alquiler sale bastante más barato que lo que pagábamos en Inglaterra.

Me lleva cosa de 35-45 minutos llegar al trabajo, la mayor parte del tiempo en el bus, porque las oficinas están en las afueras de Toronto y por allí no hay pisos. Alrededor de las oficinas hay arbolitos y áreas bastante grandes de césped. Cuando llegué vi que había gansos zampándose el césped y pensé: qué listos estos canadienses que en vez de gastar el dinero en contratar jardineros dejan que los gansos les hagan el trabajo de mantener el césped a raya. Pues no, los gansos son totalmente silvestres y sí que hay jardineros cortando la hierba.

Cuando digo que hay gansos debo aclarar: hay cientos. Son pacíficos si y sólo si no te acercas a menos de un metro. Si están empollando, dos metros. Si tienen pollejos, tres metros. Todo muy pitagórico. Los pollejos no son riquiños como los patitos. Son como pequeños patos torpes y feos, gris y amarillo.

Hace diez días fuimos a IKEA. Cuando estábamos en Watford dormíamos sobre un colchón puesto directamente sobre el suelo. Ahora dormimos mucho mejor: una colchoneta puesta directamente sobre el suelo. Es parecida a las que usan en Japón y pesa poco por si tenemos que mudarnos de nuevo.

En el trabajo las cosas están complicadas. No sé qué va a pasar, pero sí sé que va a pasar algo.